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Pedí una torta chajá y vino podrida!!!!! Al momento de pagar no se hizo cargo y dijo que los productos eran frescos. El café deja mucho que desear y el submarino un asco. Una vergüenza el lugar, lástima que no vi las reseñas antes. NO VAYAN!
Un ambiente re recontra agradable y cálido en una tarde fría. El chocolate y la torta están de diez, ¡no hay con qué darle!
Qué lástima, el café estaba en mal estado, el tiramisú medio viejo, y los productos de calidad bien baja. La relación calidad-precio re mala. Deberían de evaluar seguir con un negocio así. Tenía que haber chusmeado las reseñas antes de ir. ¡Qué bajón!
El lugarcito a simple vista es lindo, pero hay dos chicas laburando y una de ellas al parecer es la mandamás vestida de negro, esa mina es re maleducada y no tiene ningún tacto para atender, te trata para el ojete desde que pisás el local. En cambio, la otra chica intenta hacer un buen servicio y se ve cómo la otra la trata mal delante de la gente. La calidad de los productos no vale los precios altos que cobran, y en el rato que estuve ahí vi cómo dos mesas se fueron por el pésimo servicio. Un desastre total...
La verdad que fue tremendo, nunca vi un café helado tan aguado como ese ni comí una galleta tan dura en mi vida. Además, ojo que te cobran más caro de lo que dicen en el menú.
Los churros con dulce de leche, sin dulce de leche y más caro del mundo mundial, che. Vi la puntuación igual me arriesgué. Además, pago mínimo con tarjeta si pasás los 500 uruguayos…
Muy mala experiencia, en el trato y en los productos. Ya entramos y el señor que atiende tenía diferencias con una mesa de señoras. Pedimos entre otras cosas un lemon pie que al probarlo tenía sabor a queso azul, seguramente estaría pasado. Sin mencionar que anteriormente, ante un malentendido, este mismo señor metió la mano en la taza de mi amiga y le sacó el saquito de té, hecho que dejamos pasar.
¡Tuve una experiencia bien linda! La comida estaba muy bien, el café y la galletita con dulce de leche fueron el mejor postre. La onda del local, con una música re piola y la chance de ponerte una manta para el frío (almorcé en las mesas de afuera) también están buenísimas. La atención fue de diez, muy amables. Seguro que vuelvo.
Es un lugarcito re lindo en la zona más céntrica y patrimonial, ¡una maravilla!
¡Qué tal la experiencia en esta cafetería, che! Pedí una milanesa con queso y jamón, más una cerveza rubia artesanal.. ¡Posta que estaba de rechupete! En mi recorrida por los países del Río de la Plata, te digo que fue la mejor milanga que probé.. El dueño del local tiene su cosita, muy macanudo el tipo, amable pero con un toque de rudeza y rusticidad que daba ganas de hacer migas con él.. Y la pibita que atiende, Maia, un bombón; más dulce que los postres ricos que ofrecen en La Florencia.. Una cosa, el lugar estaba tranquilo cuando llegué, preferí comer afuera, y de repente se llenó de gente. ¿Sabés por qué? Todos miraban mi plato de milanga porque tenía una pinta bárbara.. ¡Un golazo total, tremenda la comida!