Restaurant Doña Tota - Aguas Dulces

El restaurante con la mejor ubicación en el destino turístico, situado justo en la orilla del mar.

Experiencia decepcionante en un restaurante con una ubicación privilegiada frente al mar. A pesar de la hermosa vista, la espera de 2 horas arruinó por completo la experiencia. Llegamos a las 13:00 con reserva, pero no fue hasta las 14:15 que finalmente recibimos el agua con gas que habíamos pedido, y además llegó sin gas, teniendo que esperar nuevamente por la corrección. A las 14:50 seguimos aguardando la comida que nos dijeron que estaría lista en 5 minutos hace 40 minutos. La espera fue especialmente difícil con un niño, quien luego de una hora sin recibir su plato se lo hizo saber a la mesera, obteniendo solo una mirada negativa a cambio. Después de dos horas desde que realizamos el pedido, aún estábamos esperando, siendo informados de que la demora se debía a unos buñuelos de algas que se suponía se preparaban en 5 minutos. Una situación lamentable que afectó gravemente nuestra experiencia en el restaurante.

En general, mi experiencia fue positiva en este restaurante. Lo mejor es que es pet friendly, lo cual es genial para quienes quieren llevar a sus mascotas. Aunque había hecho una reserva para la terraza, al llegar no tenían una mesa disponible en ese espacio. Sin embargo, la mesera Lucía fue muy amable y atenta, siempre respondiendo a todas nuestras peticiones con una sonrisa. Es un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la comida, pero hay que tener en cuenta que puede haber una demora considerable, así que es mejor ir con tiempo y sin prisas. La comida es realmente deliciosa, se puede apreciar un sabor excepcional en cada plato.

Excelente opción para disfrutar de una deliciosa comida. Los platillos están cuidadosamente elaborados con ingredientes de alta calidad. Además, su ubicación frente al mar brinda una experiencia aún más placentera. Aunque el servicio se demoró un poco, valió la pena la espera, por lo que le doy una calificación de 4 estrellas.

Visitamos este restaurante y quedamos encantados. Recomendamos especialmente las miniaturas y la lasaña, ¡nos dejaron con ganas de volver!

La comida en este restaurante es deliciosa y las porciones son generosas. Su ubicación frente al mar es inmejorable y el servicio es de alta calidad. Sin duda, es un lugar que recomendaría a cualquiera que busque una experiencia gastronómica memorable.

Excelente atención por parte del personal del restaurante, quienes se mostraron muy serviciales y atentos. Las raciones eran abundantes y el precio era justo para la calidad de la comida, que resultó muy sabrosa. A pesar de ser un grupo grande de 11 personas, la espera fue adecuada y pudimos disfrutar de una agradable experiencia en el restaurante.

Las pastas, los ñoquis caseros y las lasañas son platos deliciosos y generosos en porciones. Aunque no necesariamente son para compartir, se sirven en cantidades muy satisfactorias.